Mudá

Mudá, historia entre montañas

La imponente peña que domina el paisaje de Mudá, conocida como «el Humano», no solo otorga carácter al entorno, sino que también da nombre al municipio, derivado de «muga» o frontera en época prerromana. Este enclave de la Montaña Palentina ha sido testigo de asentamientos prehistóricos, fortificaciones visigodas y, más recientemente, de una intensa actividad minera que marcó su economía entre los siglos XIX y XX.

Entre su patrimonio destaca la ermita del Oterillo, una construcción románica del siglo XII situada sobre un cerro a las afueras del pueblo. Declarada monumento histórico-artístico en 1993, conserva una bóveda de cañón y un ábside cuadrado con pinturas murales del siglo XV. En el centro urbano, la iglesia parroquial de San Martín, del siglo XVI, presenta elementos románicos como su espadaña y una portada decorada con motivos vegetales y escenas bíblicas.

El entorno natural de Mudá, enclavado en la Montaña Palentina, ofrece paisajes de gran belleza y rutas de senderismo que permiten disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad del lugar. La proximidad al Geoparque Mundial UNESCO Las Loras añade valor a la visita, al tratarse de un espacio reconocido por su singularidad geológica y paisajística.

Mudá celebra sus fiestas patronales en honor a San Martín el 11 de noviembre, con actividades religiosas y populares que mantienen vivas las tradiciones locales.