La Iglesuela del Cid

Esta majestuosa iglesia barroca data del siglo XVIII y fue construida sobre una iglesia gótica anterior, cuyos vestigios todavía se pueden ver en el ábside poligonal y las bóvedas de crucería de la nave central. Destaca por su portada plateresca, su retablo mayor y las pinturas murales que decoran el interior. La iglesia se considera uno de los monumentos religiosos más importantes de la zona.

Este santuario, ubicado en un paraje natural a las afueras del pueblo, fue construido en 1546 sobre los restos de un antiguo mausoleo romano. En su interior se encuentra la talla de la Virgen del Cid, una imagen de gran devoción en la comarca. La leyenda cuenta que la Virgen se apareció a un labrador del pueblo, lo que motivó la construcción del santuario. El santuario es también el escenario de la romería anual en honor a la Virgen, una de las celebraciones más destacadas del pueblo.

La Torre de los Nublos es uno de los pocos restos que se conservan del antiguo castillo templario que protegía la localidad en la Edad Media. Esta torre gótica, que sirvió de atalaya, tiene una estructura robusta y ha sido testigo de múltiples conflictos bélicos. En la base de la torre se encuentra la antigua cárcel del pueblo, y recientemente se ha descubierto un túnel abovedado que conectaba el castillo con otros puntos estratégicos del pueblo.

Este impresionante palacio del siglo XVIII es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura civil en La Iglesuela del Cid. Construido por la influyente familia Matutano, el palacio fue posteriormente restaurado y convertido en hospedería, ofreciendo a los visitantes una experiencia única en un entorno histórico. Destacan en su interior una monumental escalera de doble barandilla, salones decorados con frescos y una capilla privada. Es posible realizar visitas guiadas para conocer la historia de la familia y su impacto en el desarrollo del pueblo.

El casco antiguo de La Iglesuela del Cid fue declarado Bien de Interés Cultural en 1982. Pasear por sus estrechas calles adoquinadas permite descubrir casas señoriales, escudos heráldicos y portales medievales que narran la historia del pueblo. Entre las casas más destacadas se encuentran la Casa Aliaga, un ejemplo del poderío de las familias locales en el siglo XVII, y la Casa de los Santamaría, con su espectacular fachada barroca.