Barjas

Explora Barjas ancestral​

Las hojas del hayedo de Busmayor crujen bajo los pies de quienes recorren sus senderos, envolviendo al visitante en un silencio roto solo por el murmullo del agua y el canto de los pájaros. Barjas, enclavado en los Ancares leoneses, es un municipio que conserva intacta la esencia de su pasado, reflejada en su arquitectura de piedra y pizarra, y en sus tradiciones ancestrales.​

Durante la Edad Media, Barjas formó parte del Reino de León y fue objeto de repoblación promovida por la monarquía leonesa. En el siglo X, el rey Ordoño II donó los montes de Busmayor al Arzobispado de Santiago de Compostela, consolidando la vinculación de estas tierras con la autoridad eclesiástica compostelana. La localidad de Corrales, integrada en el municipio, fue propiedad de la Orden de Malta hasta que cedió el control a los Marqueses de Villafranca, estableciendo el Coto de Corrales.​

El patrimonio arquitectónico de Barjas incluye la iglesia de Santa Marina, construida en 1777, que destaca por su retablo barroco. En Corrales, la iglesia de San Lorenzo refleja la devoción local. Las capillas de Santiago en Vegas do Seo, de San Bartolomé en Quintela y la ermita de Santo Tirso en Moldes son ejemplos de la arquitectura religiosa rural de la zona. La herrería de Serviz, con su sistema de aprovechamiento de agua, es un testimonio de la arquitectura industrial tradicional.​

Barjas mantiene vivas sus tradiciones a través de festividades como el Magosto, celebrado en noviembre, donde se asan castañas y se realizan actividades relacionadas con la cultura local. La arquitectura popular se manifiesta en las construcciones de piedra y pizarra que se integran armoniosamente en el paisaje montañoso.​