Atrévete. Súbete a un globo y verás como tu pensamiento se va a otro lugar mucho más agradable. La adrenalina está servida y la aventura también. Si podemos contemplar desde el cielo ese lugar que tanto nos gusta o comprobar qué ven los pájaros desde ahí arriba, ¿por qué no hacerlo?
Vivir una experiencia diferente no es ni difícil, ni caro, ni complicado. Te lo ponen en bandeja para que lo disfrutes y lo conviertas en una de esas anécdotas divertidas que abundan en tu discurso. Lo único que necesitas es un poco de iniciativa y, eso sí, obedecer las instrucciones del profesional que te acompañe.
Y mientras lo piensas, te damos algún consejo para ir despertando curiosidad y ganas. Ya lo dice el refrán: hombre prevenido vale por dos:
Deberás asegurarte de que por lo menos dispones de 4 horas libres que dedicarle a esta actividad. Las prisas, en situaciones como esta, ni son buenas ni tienen solución una vez en el aire. Mucho mejor si puedes llevarte un sombrero con el que protegerte la cabeza del calor de la llama del globo, y acuérdate de no llevar nada colgado al cuello porque te dirán que las deposites en el suelo de la cesta o canasta. Por último, cuánto menos peso lleves encima, mejor. No es aconsejable surcar el cielo cargado de mochilas o bolsas pesadas.
Montar en globo no es sólo subirte a la “cesta” y elevarte. Cuando te lanzas a la aventura, lo haces del todo, desde el principio hasta el final; porque en la mayoría de los sitios te enseñan cómo se prepara y se infla, te explican cómo funciona y te hacen partícipe de cada segundo del montaje.
Después, listo para despegar y vivir la experiencia de irte separando del suelo hasta llegar cerca de las nubes según se le antoje al viento; otro de esos momentos en los que descubrirás emociones que no conocías.
Los viajes en globo están en auge y son muchas las provincias en las que lo puedes practicar y disfrutar de rutas aéreas increíbles. Cataluña es la comunidad autónoma que más concentra este tipo de Turismo de Aventura, pero Segovia, Sevilla, el País Vasco, Burgos o Aragón, no le siguen muy de lejos.
En cada uno de ellos, toda una experiencia que, lejos de ser peligrosa, es según expertos en sistemas de vuelo, la forma más segura de trasladarse por el aire. Así que no te preocupes, esa incertidumbre es en buena medida la responsable de toda esa adrenalina que te dejará como nuevo tras haber estado durante unas dos horas a unos 3.500 metros del suelo.
Y cuando aterrices te acordarás de Julio Verne y sabrás por fin, qué se siente cuando “se está en las nubes”.