Ávila, el burgo amurallado

Ávila, el burgo amurallado

Bendecida con un conjunto histórico declarado Patrimonio de la Humanidad que, a extramuros, incluye también monasterios, iglesias, palacios y, muy en particular, los lugares donde moró su oriunda más célebre, santa Teresa de Jesús. Los orígenes de la población en Ávila se remontan a los vetones en el siglo VII a. C. y, posteriormente, cartagineses, romanos, alanos o visigodos. Sin embargo, el máximo esplendor como burgo lo alcanza en el siglo XVI, ofreciendo a la historia un legado artístico y cultural de incalculable valor.

Es el rey Alfonso VI el que encomienda a su yerno, el conde Raimundo de Borgoña, la construcción de un gran recinto amurallado para consolidar y repoblar el territorio. Se erige en un escarpe rocoso, a 1.127 m. de altitud, con un perímetro de 2.526 m., una altura media de 12 metros, una altura media de 12 m. y 3 m. de grosor, con 2.500 almenas, 88 torreones y 9 puertas. Se levanta también una catedral integrada en la fortificación.

Nuestro recorrido lo iniciamos próximo a la Catedral, pero en extramuros, en la plaza de Santa Teresa. Lugar de encuentro y auténtico centro popular siempre lleno de vida. La plaza, conocida por el Mercado Grande gracias a su mercadillo semanal y, durante la baja Edad Media y el Renacimiento, fue el “coso do mueven los caballos”. En ella destaca la iglesia de San Pedro, cuya construcción se inició en el año 1100, es de estilo románico con tres naves y triple ábside destacando el rosetón cisterciense de la fachada principal.

Nos dirigimos al recinto amurallado por la puerta del Alcázar, pero antes de entrar y justo a la izquierda, todavía extramuros, vemos el monasterio y colegio de agustinas de Santa María de Gracia, del siglo XVI y en el que Alonso Cepeda internó a su hija Teresa. En él transcurrió su adolescencia y afianzó su vocación religiosa.

Adentrándonos en la ciudad medieval encontramos la catedral de San Salvador. Las murallas de Ávila trazan un semicírculo en su lado este para abrazar e integrarse como ábside de la catedral, concebida también como fortaleza en tiempos de conquista, la construcción comenzó en el año 1091. Es la mayor obra de transición del románico al gótico de Castillo y León y el final de su construcción llegó hasta el siglo XIV. Una auténtica maravilla es el majestuoso conjunto de escenas del retablo mayor obra de Pedro Berruguete, Santa Cruz y Juan de Borgoña.

Y no olvidamos la puerta de los Apóstoles, en el muro norte, con escenas del Juicio Final y la coronación de la Virgen. Fundamental en la historia de nuestro país, la catedral es el lugar donde un 25 de julio de 1520 se constituye la Junta de Comuneros que se alza en armas contra el emperador Carlos I, aventura que fracasará meses más tarde en la batalla de Villamar, cuando las tropas imperiales al mando del conde de Haro derrotan al ejército comunero.

 

Murallas de Ávila

Las Murallas de Ávila

 

Salimos de la plaza de la catedral donde se alzan el torreón de los Velada, que fuera residencia de Carlos I, y el palacio de Valderrábanos (ambos en la actualidad hoteles).

Siguiendo la calle Alemania nos adentramos en un interesante conjunto arquitectónico adosado a la muralla que va de la iglesia de Santo Tomé a la puerta del Rastro, y que incluye las casas nobiliarias del Marqués de las Navas, la casa de Diego Salcedo, el palacio y el complejo de casas amuralladas de la saga de los Dávila. Este espacio urbano adosado a la muralla es posiblemente uno de los mejores ejemplos de toda España de arquitectura civil de la transición de la baja Edad Media al Renacimiento.

Continuamos intramuros, por la calle Caballeros hacia la plaza del Mercado Chico, centro neurálgico de la ciudad medieval y donde aún hoy tiene su sede el poder civil, representado por le Ayuntamiento. Junto a las murallas, la Santa, es el convento e iglesia barroco construido sobre la casa natal de santa Teresa (alberga biblioteca y museo teresianos). El palacio Contreras se encuentra entre el Ayuntamiento, la Diputación y La Santa. Ofrece una portada plateresca y un conjunto de heráldica y de la tradición militar de la nobleza castellana. Muy cerca, el palacio de don Juan de Henao o de Banavites (hoy Parador de Turismo) y junto a él, la capilla de Mosén Rubí. Lo mismo que ocurre cuando entramos por la puerta del Alcázar, el tramo noroeste está salpicado por palacios y casas nobiliarias abulenses: palacio Bracamonte, el palacio de don Miguel del Águila y el palacio de los Verdugo, el palacio del rey Niño, entre otros.

Quedaría incompleta nuestra visita al recinto amurallado si no nos detuviésemos en el palacio renacentista de los deanes, la iglesia de San Vicente, el palacio de los Serrano, el humilladero de Los Cuatro Postes, justo al otro lado del río Adaja y que ofrece la mejor vista de las murallas.

No sólo la ciudad medieval fue declarada patrimonio de la humanidad, también el conjunto de edificios religiosos que la rodeaban y que hoy están en el casco urbano. Justo al final de la avenida del Alférez Provisional está el Real Monasterio de Santo Tomás, convento dominico del siglo XIV, antigua residencia de verano de los Reyes y donde está enterrado su hijo, el príncipe Juan. Nos encontramos en uno de los barrios más populares de Ávila, y al pie de la Cuesta Antigua está la ermita de Nuestra Señora de las Vacas.

En dirección oeste y finalizando nuestro paseo topamos con la plaza de Santiago en la que se alza la iglesia románica del mismo nombre, y donde se armaban los caballeros de la Orden de Santiago. Al sur, San Nicolás, y al otro lado de la ciudad amurallada y casi en paralelo, la ermita de Santa María de la Cabeza, que conserva muy poco de su origen románico. Muy cerca de ella, la ermita de San Martín del gremio de canteros que construyeron la muralla como también la iglesia de San Francisco, con una original capilla octogonal con bóveda estrellada del siglo XV y el monasterio de Santa Ana.

 

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