Las Fiestas del Pilar de Zaragoza se celebran en conmemoración a la patrona de la ciudad de la capital aragonesa y tienen lugar la semana del 12 de octubre. De las primeras fiestas del Pilar de Zaragoza que se tiene constancia son de las celebradas del 12 al 20 de octubre de 1723, con procesión el día del Pilar, una gran corrida de toros y Gigantes y Cabezudos. Aunque en 1659 se consideraba ya tradicional en la ciudad la presencia de una comparsa, completamente definida, de gigantes y cabezudos que era el evento que antecedía anualmente a la procesión del Corpus.
El primer avance importante se produjo en 1807 cuando a la festividad de la Virgen del Pilar se le concedió la categoría de fiesta religiosa. Aunque no fue hasta 1979, cuando se decidió dar un giro a las fiestas del Pilar de Zaragoza y sacarlas a la calle combinando actos teatrales y conciertos con actos tradicionales. A lo largo de estos años se han convertido en un referente festivo y cultural de primer orden. La diversidad cultural y social es también una de sus grandes señas de identidad, una característica diferenciadora que viene desde mucho tiempo atrás. Cientos de actos culturales, musicales y religiosos que se desarrollan en diferentes escenarios repartidos por toda la ciudad y dirigidos a todos los públicos.
El acto más tradicional de las fiestas del Pilar de Zaragoza es la Ofrenda de Flores, que se celebra el 12 de octubre. Cientos de miles de personas se acercan a depositar sus flores junto a la Virgen. Al día siguiente, se celebra la Ofrenda de Frutos y el Rosario de Cristal. Otras celebraciones destacadas son los gigantes y cabezudos que cada día salen desde un punto diferente de la ciudad para poder abarcar todos los barrios de la misma; la feria taurina del Pilar que reúne a los mejores diestros, combina también con novilladas y concursos de recortadores, así como las vaquillas a primera hora de la mañana; las ferias de atracciones donde encontramos gran variedad dirigida a todas las edades; los fuegos artificiales que durante las fiestas se celebran numerosos espectáculos pirotécnicos que tiene su colofón en el Gran Fin de Fiestas situado junto al Río Ebro.
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