Turismo rural, una moda recomendable
Cada día está más en auge el turismo rural ya que combina varias ventajas importantes, abandonar el ruido de las ciudades y practicar el turismo activo pueden ser las principales, pero no hay que olvidar un precio reducido para un turismo de calidad en las casas rurales.
En el mundo moderno con el nivel de estrés y agitación diario es importante que durante las vacaciones descansemos de todo, por eso está de moda el turismo rural que permite desconectar sin los agobios y ajetreos de las ciudades: buscar un lugar tranquilo y relajarnos, poder leer un libro en un pequeño jardín, cambiar el ruido de los coches por el canto de los pájaros o tumbarse en una hamaca sin agobiarnos por estar rodeados de gente, son algunos de los mayores placeres en una vacaciones de verdad, ya que vacaciones es sinónimo de descanso.
En lugar de los grandes hoteles nos encontramos con pequeñas casas rurales, acondicionadas perfectamente con las mismas comodidades que los hoteles, habitaciones casi siempre con encanto en una casa antigua y tranquila, con muy poco personal y pocos servicios adicionales lo que permite reducir los costes, por lo que uno de los grandes incentivos del turismo rural es su precio, una vacaciones low-cost sin renunciar a las comodidades.
El tercer factor que motiva a usar los hoteles rurales es el turismo activo: practicar actividades en la naturaleza de todo tipo, desde las de aventura hasta las tranquilas, nos permiten disfrutar de un poco de ejercicio lo que quema no solo calorías, sino el estrés de la rutina diaria.
Casas rurales y turismo activo
Con el ahorro que supone el alojarse en una casa rural se pueden hacer actividades en la naturaleza que complementen unas vacaciones inmejorables.
Como hay casas rurales por toda la geografía podemos encontrarlas cerca de ríos, pantanos o el mar, por lo que podremos practicas cualquier tipo de actividades acuáticas, vela, submarinismo, piragüismo, rafting. Para los más tranquilos la pesca es una actividad relajante, olvidarse de las prisas y vigilar una caña con una cerveza en la mano.
Si preferimos actividades aéreas, podemos buscarlas en zonas apropiadas para practicar ala delta o parapente, saltar en paracaídas o practicar el vuelo con o sin motor.
En tierra hay infinidad de actividades, como practicar las rutas de montaña, a pie, en bicicleta, a caballo, en quad o en todo-terreno, practicar la escalada o la espeleología, saltar de los puentes o actividades más suaves, como un tranquilo paseo, observar a los pájaros y o animales, o mirar de noche las estrellas, con o sin telescopios.
Y en invierno no hay que olvidar que también hay hoteles rurales abiertos, en los que puede practicar deportes de invierno como el esquí, o practicar las mismas actividades del verano pero en un entorno blanco.
Por último pero no por ello menos importante o menos demandado, desde una casa rural también se puede practicar turismo convencional, visitando lugares culturales, monumentos, museos, pero con base en un lugar tranquilo en lugar del centro de una ciudad.